La población Mokaná en el departamento del Atlántico se encuentra dividida en pequeños pueblos dirigidos por un líder mayor, un jefe mayor y pequeños señoríos.
Los Mokaná son un pueblo indígena que habita en varios municipios del departamento del Atlántico. Algunos estudiosos sitúan ese poblamiento en el año 1.200 antes de Cristo. En la actualidad esos descendientes viven en los municipios de Galapa, Usiacurí, Baranoa, Malambo, Tubará, Piojó y Puerto Colombia.
Para el antropólogo y Phd en sociología, Álvaro Baquero, y la magíster en Historia, Ada de la Hoz, en su texto, ‘La historia de los Mokaná’ (2.011) “los antepasados de la gente actual llegaron a las selvas, sabanas, costas y humedales de esta región hace más de siete mil años”.
Por su parte, Johnny Meca Ospina, antropólogo y director del Museo de Galapa, señala que los Mokaná son considerados como el grupo más importante de este territorio. Que anteriormente los españoles llamaron como el Partido de Tierradentro, enmarcado entre el Canal del Dique, el río Magdalena y el mar Caribe.
“Estaba conformado por lo que hoy es el departamento del Atlántico y parte del departamento de Bolívar por eso se llamó ‘Tierradentro’. Y bueno los Mokaná a partir de allí constituyeron en toda esta zona diferentes núcleos poblacionales, destacando entre los más importantes Galapa, Usiacurí, Baranoa, Malambo, Tubará y Puerto Colombia”, explica Meca.
La población Mokaná en el departamento del Atlántico se encuentra dividida en pequeños pueblos dirigidos por un líder mayor, un jefe mayor y pequeños señoríos que gobierna un señor menor, quedando la jerarquía de grandes pueblos distribuida en pueblos menores alrededor.
El antropólogo Johnny Meca sostiene que, de acuerdo con los vestigios arqueológicos y por las viviendas que se encuentran dispersas, los Mokaná eran pequeños conglomerados de grupos habitacionales.
“Estamos hablando de alrededor de un pequeño centro, unas 20, 30 hasta 50 familias y así iban cambiando dependiendo del terreno porque había territorios como Tubará que son pendientes en los que hacían las viviendas y los cultivos en terrazas, muy parecidos a los de la Sierra Nevada de Santa Marta, obviamente guardando las proporciones”, añade.
De acuerdo con la publicación de Baquero y De La Hoz, las primeras descripciones hechas por los españoles sobre la apariencia física de los Mokaná correspondía a personas de “mediana estatura, de buena razón y discurso, de color bruna como la de todos los demás indios y en algunas partes entre leonado y amarillo, las mujeres de buen parecer y facciones, los hombres sin barbas por la mayor parte el cabello cortado por encima de las orejas bien hechos y fuertes aunque no para trabajo ni buenos para labradores...”
¿Qué pasó con la lengua Mokaná?
Durante la llegada de los españoles, los Mokaná fueron obligados a callar. No podían hablar su lengua porque era entendido como algo malo.
“Creían que estábamos fraguando algo en contra de ellos, entonces nos tiraban a los perros, nos apedreaban o nos hacían algo para que no habláramos. A través del tiempo eso se fue resguardando y solamente se hablaba en secreto así y muchos dejaron de hablar la lengua” narra la sabedora Mokaná Lyn María Sánchez Orellano.
Atendiendo la necesidad de mantener su lengua, tradiciones y costumbres, hoy en día está en desarrollo un proceso de recuperación de la lengua logrado por los hermanos Mokaná de Malambo.
Desde esa parte de su comunidad han tenido una base muy grande y le han puesto el empeño logrando que este proceso de investigación, tenga la primera cartilla.
“Estamos a la espera de que salga una segunda cartilla con muchos más vocablos. Hoy en día tenemos alrededor de 70 personas hablantes en los diferentes territorios. Se inició con 721 vocablos que eran de una investigación previa y de ahí se partió. Y yo creo que ya podíamos tener dos mil y pico a tres mil”, agrega Lyn.
Entre las medidas que se adoptaron para preservar la lengua de los Mokaná, está la realización de procesos etnoeducativos para que los integrantes desde los más niños hasta los mayores retomen aprendizaje. Además, existen semilleros de niños, niñas y un consejo de jóvenes que trabaja sobre la educación propia en ese proceso de la recuperación, no solamente de la lengua, sino la conservación de todos sus usos y costumbres.
¿Qué papel juega la mujer en los Mokaná?
El papel de la mujer es el de resguardar los usos y costumbres, el de llevar todos los conocimientos, porque es la encargada de transmitirlos como también la mayoría de las cosas artesanales.
Dice la sabedora Lyn que las mujeres estaban al mismo nivel de los hombres sin ningún tipo de diferencias. Las mujeres en los Mokaná, a diferencia de otras comunidades indígenas, tenían la potestad de decidir si serían guerreras o amas de casa.
“Inclusive muchas veces hasta el padre dependiendo de la luna en que naciera, él o la partera y la sabedora que atendían el parto decían: esta niña nació en una luna buena o nació en un tiempo bueno, podría ser una buena guerrera. Y el papá decía yo quiero que mi hija sea guerrera, porque era un honor. Y esa mujer debía ser pura y casta”, expone.
Sobre el rol de las mujeres en su comunidad Lyn puntualiza que tampoco tenía un esposo designado. Entre más edad tenía la mujer, era mucho más apetecida por el hombre.
Los Mokaná, muy buenos artesanos
Las artesanías hacen parte de los usos y costumbres de los Mokaná. Elaboran cestos y canastos en bejuco con diferentes tamaños y figuras. Pero durante ese proceso también tejen su pensamiento, su palabra dulce.
“Cuando nosotros tejemos lo hacemos con el pensa - siento, lo pienso y también lo siento. Por eso nuestras artesanías en nuestras comunidades indígenas siempre llevan una historia, porque llevan el valor agregado de lo que estamos pensando en ese momento, sea un canasto o una mochila”, manifiesta Lyn María Sánchez Orellano.